¿Qué decir cuando te piden que hables de Dios? Hay tanto de lo que hablar, que compartir… Una de las cosas que más me gusta recordarme es que Él está siempre ahí, nunca se aleja. Muchas veces se me olvida, me dejo llevar por el trajín de los quehaceres y las rutinas de este mundo secular y me olvido de que es un Padre fiel, que me acompaña siempre, que mira por mí siempre; pero se me olvida, y es entonces cuando Él vuelve a aparecer, se hace escuchar, a través de una simple invitación. Y es que es así como yo lo entiendo, no le escucho, pero en vez de gritarme al oído, Él me sorprende una vez más y utiliza a sus mensajeros. Un mensaje de WhatsApp puede ser suficiente para volver a conectar, y es que hay un retiro abierto, un retiro que se apunta en la agenda, algo que te hace desear que sea fin de semana, pero esta vez, con un sentimiento de esperanza, y es que es una cita, hemos quedado a rezar. Se abre paso por este mundo secular, acalla el estruendoso ruido del “yo” y te hace pa
Hace ya casi dos semanas, se me regaló poder hacer la profesión temporal en Jesús-María, y tengo que reconocer que me cuesta poner nombre a tantos sentimientos como en mí brotan; eso sí, los que priman son un profundo agradecimiento y una alegría honda, desde los que todos los demás van cobrando sentido. En estos días, hacía memoria de mi llegada al noviciado y entre alguna que otra lágrima, no podía evitar sonreír en ese cruce de miradas y decirle “si es que Tú lo sabes todo… Una vez más, me has sorprendido”. Llegué al “noviciado” con una gran determinación regalada, de saberme y sentirme muy sostenida por Él y con una fuerte invitación a dejarme en sus manos. A pesar de ello, tenía miedo, ciertas reticencias y muchos prejuicios (me rondaba la idea de que iba a ser como vivir en una “burbuja” aislada del mundo… ¡qué equivocada estaba!). Este tiempo de noviciado ha sido un tiempo privilegiado de ir enraizando la vida en Él, de experimentar su amor incondicional por mí con todo lo