Porque la alegría no hace desaparecer el dolor,
ni la paciencia acorta los tiempos de espera.
Porque la mansedumbre no anula la violencia,
ni
la paz apaga la inquietud que nos asalta.
Porque el amor convive con el odio
y la confianza sólo se abre paso a través de
nuestros miedos.
Porque la Resurrección convive con la muerte…
en
el mismo tiempo, en la misma hora, en la misma realidad, en nosotros, en mí.
Porque la Vida se abre paso tímidamente
y lo hace en medio de lo real, concreto e
imperfecto.
Porque quienes decimos ser Sus testigos nos
equivocamos constantemente
y
es evidente la distancia entre lo que anunciamos y lo que vivimos.
Y sin embargo…
nuestros vacíos de llenan de sentido…
en nuestros cansancios, encontramos Su
descanso…
en nuestra fragilidad, experimentamos Su
fortaleza…
en nuestras incertidumbres, nos ilumina Su
palabra…
en
nuestras soledades, nos regala Encuentro…
Porque nosotras seguimos siendo las mismas,
y a los ojos de quien nos mira desde fuera,
nada parece haber cambiado…
y sin embargo, no podemos dudar de que Él
vive
porque es Su Amor el que sostiene cada día
nuestras vidas.
Me encanta! Cuánta verdad...Gracias
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