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¿QUÉ DECIR?

 ¿Qué decir cuando te piden que hables de Dios? Hay tanto de lo que hablar, que compartir… Una de las cosas que más me gusta recordarme es que Él está siempre ahí, nunca se aleja. 

Muchas veces se me olvida, me dejo llevar por el trajín de los quehaceres y las rutinas de este mundo secular y me olvido de que es un Padre fiel, que me acompaña siempre, que mira por mí siempre; pero se me olvida, y es entonces cuando Él vuelve a aparecer, se hace escuchar, a través de una simple invitación. 

Y es que es así como yo lo entiendo, no le escucho, pero en vez de gritarme al oído, Él me sorprende una vez más y utiliza a sus mensajeros. Un mensaje de WhatsApp puede ser suficiente para volver a conectar, y es que hay un retiro abierto, un retiro que se apunta en la agenda, algo que te hace desear que sea fin de semana, pero esta vez, con un sentimiento de esperanza, y es que es una cita, hemos quedado a rezar.

Se abre paso por este mundo secular, acalla el estruendoso ruido del “yo” y te hace partícipe de su melifluo canto. Y es entonces cuando la vida se recarga. Le ves más a menudo, piensas en Él regularmente y yo me siento viva de nuevo.

 La esperanza es tan necesaria en estos tiempos de incertidumbre… que no hay mejor manera de encontrarla que con Él. Con unas reflexiones que ya están preparadas, que te hablan directamente a ti, que te hacen poner tu vida boca arriba para volver a plantear tu rumbo, tu vocación, tu motor... 

Doy gracias por poder tener esa puerta al cielo que se abre cada vez que me llega ese WhatsApp, cada vez que me invitan a degustar de su amor.



Gracias Laura por compartir con nosotras el deseo de encontrarnos con Él y por acoger con tanta alegría su invitación... llegue hasta Londres nuestro abrazo y nuestro agradecimiento. 

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