Hemos querido celebrar el cumpleaños de Claudina a su estilo... por eso nos encontramos ante el Señor para contemplar el mundo y nuestra realidad personal y pedirle lo que necesitamos para romper las espirales de violencia y poder construir, en lo sencillo y concreto de cada día la paz y la armonía que el mundo y cada uno de nosotros necesitamos.
Deseamos que el contacto con la realidad de quienes más sufren, nos lleve a vivir más sencillamente. Deseamos una conversión de nuestro estilo de vida que sea más cuidadosa con la vida, más respetuosa con nuestra Casa Común.
Experimentamos la impotencia, que nos ayuda a desenmascarar nuestras pretensiones de 'omnipotencia' y que nos hace caer en la tentación de la parálisis y la falta de compromiso al pensar que porque no lo puedo todo, ya no puedo nada. Me recordaba que no está en nuestras manos la solución de los problemas del mundo, pero ante los problemas del mundo, tenemos nuestras manos.
Ante la violencia, la agresividad, el odio o el deseo de venganza que puede crecer sin medida en esta situación, nos preguntamos qué podemos ofrecer. ¿Qué haría Claudina hoy? Acoger sin juzgar, buscar y apostar por la reconciliación, confiar en cada persona, reconocer y creer en lo que puede llegar a ser... una huérfana, una maestra, un telar...
Nos sentimos invitados a dejarnos conmover como Claudina y, sabiendo que sólo el Señor puede salvarnos, dejar que nuestra vida se complique para ser parte de esa gente que se atreve a desaprender para proyectar y construir con otros en comunidades que desatan en Su Nombre.
¡Gracias a cada uno! ¡Gracias Claudina! ¡Gracias Señor!
Comentarios
Publicar un comentario