Ir al contenido principal

BIEN-AVENTURADOS

Se dice que una aventura es un viaje de resultado incierto. Difícilmente se me podría ocurrir mejor definición para cualquier vida…

A lo largo de la experiencia de ejercicios de mes, resonaba con fuerza una invitación de Dios a confiar y a ir haciendo camino con Él, aún sin seguridades, sin claro destino. Una invitación a aventurarme.

Eso sí, el Señor, que me conoce bien y sabe que soy poco dada a la improvisación, se aseguró de hacer llegar esta invitación junto con algunas recomendaciones (al fin y al cabo, ningún padre podría resistirse a dar unos consejos antes de un viaje, mucho menos un Dios Padre-Madre…). Estos me llegaron de la mano de las Bienaventuranzas. Hoy os las comparto.

Aventúrate pobre. No tomes nada por tuyo. Disfruta y regala lo que recibes, que Yo seré tu riqueza.

Aventúrate mansa. Confiada en las manos de tu Padre, que te llevan con amor y cuidado. Y así, dejándote conducir, recibirás tu herencia de hija, porque Yo podré ejercer de Padre.

Aventúrate sea cual sea el tiempo. Y en las lágrimas, la tormenta, vuélvete solo a Mí, que sólo Yo sé darte todo el consuelo.

Aventúrate hambrienta, y haz crecer cada día tu hambre y tu sed de Mí. Que Yo estoy deseando darme a ti hasta saciarte.

Aventúrate y pon en juego todo el corazón. Ama, a los demás y a ti misma, en esa frágil y maravillosa humanidad. Que Yo te quiero sin condiciones.

Aventúrate y acuérdate de desempañar con frecuencia el corazón de miedos, egoísmos, desánimos, enfados, autosuficiencias… Si no me ves, haz limpieza, porque Yo siempre te miro.

Aventúrate y haz tuyo Mi sueño de un mundo en paz y justo para todos. Recuerda que a mi Reino le basta una semilla para explotar.

Y si por causa de esta aventura nuestra, sufres o te toman por loca, recuerda ─siempre─ que Yo estoy loco por vosotros.

Aventurémonos a Su modo, sabiendo que hubo Otro que lo hizo primero, que sus huellas sostienen nuestros pasos y que, de Su mano, siempre iremos “bien-aventurados”.

¡Buen camino!

Comentarios

Entradas populares de este blog

NO QUERIENDO VIVIR SINO PARA TI

 Hace ya casi dos semanas, se me regaló poder hacer la profesión temporal en Jesús-María, y tengo que reconocer que me cuesta poner nombre a tantos sentimientos como en mí brotan; eso sí, los que priman son un profundo agradecimiento y una alegría honda, desde los que todos los demás van cobrando sentido.  En estos días, hacía memoria de mi llegada al noviciado y entre alguna que otra lágrima, no podía evitar sonreír en ese cruce de miradas y decirle “si es que Tú lo sabes todo… Una vez más, me has sorprendido”. Llegué al “noviciado” con una gran determinación regalada, de saberme y sentirme muy sostenida por Él y con una fuerte invitación a dejarme en sus manos. A pesar de ello, tenía miedo, ciertas reticencias y muchos prejuicios (me rondaba la idea de que iba a ser como vivir en una “burbuja” aislada del mundo… ¡qué equivocada estaba!). Este tiempo de noviciado ha sido un tiempo privilegiado de ir enraizando la vida en Él, de experimentar su amor incondicional por mí con todo lo

CONECTANDO... LA NAVIDAD CON LO COTIDIANO

Disfrutar en buena compañía porque te sientes en casa aunque sea la primera vez que estás. Descansar, parar, disfrutar de la naturaleza, del calor de la chimenea... todo cuidado y a nuestro favor para poder hacer silencio y estar atentas, esta vez con una invitación a pararnos para descubrir los ecos que la Navidad nos ha dejado para vivirlos en la vida cotidiana.  ¿Navidad? Precisamente porque parece que la Navidad pasó hace mucho, se nos queda lejos y ya estamos metidas en mil cosas. Hemos vivido las fiestas llenas de celebraciones, cenas y mucha vida social que son un regalo pero que a veces hacen que otras nos pasen más desapercibidas .   Estos días han sido una oportunidad para pararnos y volver la mirada a los regalos que nos hace todo un Dios encarnado en un niño pequeño. Y no son grandes cosas como a veces nos empeñamos en buscar. Regalos en lo sencillo, en lo cotidiano que le hablan a nuestra realidad tal como estamos y somos. Esas pequeñas cosas de nuestro día a día, algo apa

¡Qué bueno estar juntas!

Es lo primero que me viene al pensar en el fin de semana de encuentro de formación que tuvimos hace unos días en Los Molinos. Éramos 10 (para 9 ó 10 habitaciones, según se mire). Cada una de las personas que estaba me parece un regalo. Me quedo con la alegría compartida desde la llegada y con la ilusión por compartir... entre nosotras, con otros y con Él. También me quedo con algunos paseos o conversaciones "one to one" y con ese escuchar desde el corazón, al juntarnos todas, lo que Dios va tocando en y a través de cada una.  Agradecer a veces por poner palabras o abrir cosas nuevas. Y queriendo vivir desde la lógica del que ama sin límites, acoge sin límites, perdona sin límites y levanta sin límites.  Hablamos del perdón y la resiliencia, desde el carisma de Jesús-María, llevado a la vida. Se ha caído la palmera, señores? O no… Hoy me ha alegrado muchísimo ver cómo un niño de 4 años al que nunca había visto reírse y diría que ni hablar, estaba feliz, riendo y corriendo de a