Ir al contenido principal

NO QUERIENDO VIVIR SINO PARA TI

 Hace ya casi dos semanas, se me regaló poder hacer la profesión temporal en Jesús-María, y tengo que reconocer que me cuesta poner nombre a tantos sentimientos como en mí brotan; eso sí, los que priman son un profundo agradecimiento y una alegría honda, desde los que todos los demás van cobrando sentido. 

En estos días, hacía memoria de mi llegada al noviciado y entre alguna que otra lágrima, no podía evitar sonreír en ese cruce de miradas y decirle “si es que Tú lo sabes todo… Una vez más, me has sorprendido”. Llegué al “noviciado” con una gran determinación regalada, de saberme y sentirme muy sostenida por Él y con una fuerte invitación a dejarme en sus manos. A pesar de ello, tenía miedo, ciertas reticencias y muchos prejuicios (me rondaba la idea de que iba a ser como vivir en una “burbuja” aislada del mundo… ¡qué equivocada estaba!).

Este tiempo de noviciado ha sido un tiempo privilegiado de ir enraizando la vida en Él, de experimentar su amor incondicional por mí con todo lo que soy y su fidelidad a lo largo de toda mi vida. Tiempo de conocerme con Él, de hacerme consciente de mi “ser criatura”, de experimentar mi fragilidad, y vulnerabilidad y también de ir reconociendo los dones que pone en mí.

Tiempo de escuchar una continua invitación a dejarme hacer, a la confianza y a ponerlo todo al servicio con Él, e ir experimentando que es Él quien va haciendo. Tiempo privilegiado de ahondar en mi vocación personal que para mí tiene mucho que ver con la experiencia de la bondad y la ternura de Dios, con la experiencia de su abrazo misericordioso. Tiempo de fraternidad, de sentirme convocada con otras de experimentar una fuerte necesidad de la comunidad. Tiempo de agradecer tanto amor recibido y de desear vivir en “salida” en respuesta a su modo de amar. “No queriendo vivir sino para Él” en lo pequeño y concreto de cada día, disponible en el AMOR y dejándome sostener por Él.

El noviciado ha sido también lanzadera, trampolín para seguir caminando “con Él y a su modo”. Ahora a lo que me invita es a volar, y aunque en estas semanas he sentido vértigo en muchos momentos y he intentado agarrarme con todas mis fuerzas a la tierra, a lo “seguro”, su invitación es a vivir a la intemperie, en Sus manos y con otras. Con la certeza, como alguien muy querido siempre me recuerda, de que ‘Él no nos invita a vivir nada en lo que no nos acompañe’.


Y sí, también me siento invitada a mirar atrás, pero para poder seguir caminando. Para agradecer, cuidar y recordarme que estoy llamada a ensanchar el corazón, a ir creciendo en un amor cada día más universal, para que Tu Amor que es bondad y ternura pueda llegar a otros, especialmente a los más pequeños y frágiles de la tierra. Gracias Señor porque me regalas ir viendo que sí se puede querer a muchos y bien sin aprisionar, sin aferrarnos… Y aunque luego cuando toca tomar distancia duela, y a veces mucho, ensanchar el corazón siempre merece la pena.



¡ENSÉÑANOS SEÑOR A AMAR COMO TÚ!

 

Comentarios

  1. Gracias Mar por compartir la experiencia de este tiempo...

    ResponderEliminar
  2. Gracias Mar. Eres grande al compartir tus pensamientos

    ResponderEliminar
  3. Gracias por tu Si y por compartir desde dentro. Te acompañamos en la distancia.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¡Qué bueno estar juntas!

Es lo primero que me viene al pensar en el fin de semana de encuentro de formación que tuvimos hace unos días en Los Molinos. Éramos 10 (para 9 ó 10 habitaciones, según se mire). Cada una de las personas que estaba me parece un regalo. Me quedo con la alegría compartida desde la llegada y con la ilusión por compartir... entre nosotras, con otros y con Él. También me quedo con algunos paseos o conversaciones "one to one" y con ese escuchar desde el corazón, al juntarnos todas, lo que Dios va tocando en y a través de cada una.  Agradecer a veces por poner palabras o abrir cosas nuevas. Y queriendo vivir desde la lógica del que ama sin límites, acoge sin límites, perdona sin límites y levanta sin límites.  Hablamos del perdón y la resiliencia, desde el carisma de Jesús-María, llevado a la vida. Se ha caído la palmera, señores? O no… Hoy me ha alegrado muchísimo ver cómo un niño de 4 años al que nunca había visto reírse y diría que ni hablar, estaba feliz, riendo y corriendo de a...

CONECTANDO... LA NAVIDAD CON LO COTIDIANO

Disfrutar en buena compañía porque te sientes en casa aunque sea la primera vez que estás. Descansar, parar, disfrutar de la naturaleza, del calor de la chimenea... todo cuidado y a nuestro favor para poder hacer silencio y estar atentas, esta vez con una invitación a pararnos para descubrir los ecos que la Navidad nos ha dejado para vivirlos en la vida cotidiana.  ¿Navidad? Precisamente porque parece que la Navidad pasó hace mucho, se nos queda lejos y ya estamos metidas en mil cosas. Hemos vivido las fiestas llenas de celebraciones, cenas y mucha vida social que son un regalo pero que a veces hacen que otras nos pasen más desapercibidas .   Estos días han sido una oportunidad para pararnos y volver la mirada a los regalos que nos hace todo un Dios encarnado en un niño pequeño. Y no son grandes cosas como a veces nos empeñamos en buscar. Regalos en lo sencillo, en lo cotidiano que le hablan a nuestra realidad tal como estamos y somos. Esas pequeñas cosas de nuestro día a...